Description
El mandato de Cristo a los apóstoles y a la Iglesia fue el de "predicar y sanar a los enfermos"
Si los Obispos y Sacerdotes son los sucesores de los apóstoles, y la Iglesia fue establecida para continuar el ministerio de Cristo, entonces predicar y sanar es lo que Jesús desea de nosotros hoy en día. El desea ver una Iglesia y unos discípulos que reflejen Su poder, el cual libera y sana todo tipo de males: espirituales, mentales, físicos, sociales y domésticos.
iEste poder de la oración de sanación no es sólo de los cristianos del primer siglo! En los testimonios narrados en este libro, vemos cómo sacerdotes y laicos a través de la "imposición de manos" han clamado por sanaciones de todas las clases y el Señor les ha escuchado obrando grandes milagros. Dentro de la Iglesia se hace necesario revivir la "imposición de manos" y el
"ministerio de la sanación". Un ministerio desarrollado por laicos: amas de casa, camioneros, carteros, obreros y médicos entre otros. La esencia es pedir con fe y creer que Jesús sana hoy como hace dos mil años.
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